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“Un par de niñas que desaparecieron en el bosque el día en que sus padres fallecieron son rescatadas 5 años después y adoptadas por una pareja. El comenzar una nueva vida se hace difícil cuando eso que les permitió sobrevivir en aislamiento llega para arroparlas en la noche”.

¿Cómo hacer de un concepto un largometraje? Ese es el desafío al que se enfrentan aquellos encargados de realizar masivas producciones basadas en juegos de mesa como Battleship. Pero también quienes deben llevar a la pantalla grande el corto que les abrió las puertas de Hollywood. Este último fue el caso de Andrés Muschietti y su hermana Barbara después que Guillermo Del Toro quedara fascinado con los breves y escalofriantes minutos de su Mamá.

El resultado de la difícil tarea es mixto. Entre elementos originales y muy bien logrados se mezclan lugares comunes y personajes innecesarios. Lo primero que se nota es la excelente factura técnica y el gusto por movimientos de cámara y encuadres sofisticados. La atmósfera lúgubre se conjura exitosamente tanto en lo exótico de un bosque como lo mundano de una casa en los suburbios.

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La entidad del título se va revelando en cuenta gotas tanto en apariencia como personalidad. Si alguien esperaba algo similar a la legendaria Llorona se sorprenderá en descubrir algo más cercano al Monstruo de Frankenstein. Su diseño recuerda a los fantasmas japoneses y el sonido de gárgaras que emite nos pone los pelos de punta.

Este año el Oscar tendrá a la nominada más joven a Mejor Actriz, pero el próximo ese record tendría que cambiar de manos. Megan Charpentier hace un gran trabajo como Victoria, la hermana mayor que quiere reintegrarse a la sociedad. Pero lo de Isabelle Nélisse como Lilly es de antología, derrochando talento innato en una interpretación visceral y conmovedora. Del Toro nos la definió como “un genio” en la conferencia de prensa y vaya si tiene razón.

El concierto de efectivos sustos comienza, pero al rato también los problemas con la historia. Si el corto de 2008 es el Sol y los planetas que lo orbitan los elementos nuevos, muchos de éstos quedaron alejados y a oscuras. Mamá, las niñas y Annabel (Jessica Chastain) brillan con intensidad mientras el resto de personajes se siente como relleno.

Por ejemplo, Lucas (Nikolaj Coster-Waldau) sale y entra en escena arbitrariamente según las necesidades narrativas del libreto. El Dr. Dreyffus, hombre de ciencia, elige un plan de acción bastante tonto, mientras repentina y brevemente se convierte en narrador del filme. Sólo para reforzar la conexión con los cuentos de hada tenemos a la abuela ricachona en papel de madrastra, protagonista de un irrisorio “ataque de peluca”.

Pese a que se establecen condiciones para que la actividad paranormal explote en un par de noches, se opta por diluir su intensidad en varios días. Chastain tiene el magnetismo de un a verdadera estrella de cine y logra mitigar este enlentecimiento. Advertimos que ver a la hermosa actriz gimiendo sudorosa en la cama puede despertar reacciones alejadas del miedo en el público masculino.

El final se atreve a romper con las convenciones y expectativas, siendo una bocanada de aire fresco para el género. Mama es una aceptable película de terror que comparada a otras producciones de Del Toro late con más vida que Don’t be Afraid of the Dark, pero palidece como un fantasma frente a El Orfanato.

-La película Mama se estrenó hoy Viernes 18 de Enero en Los Estados Unidos.
Nuestra entrevista con los creadores aquí.

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