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Los que han visto ‘X-men: Primera Generación’ (First Class) recordarán la escena donde Erik Lehnsherr, el futuro Magneto visita Argentina. “¡Está en Villa Gesell!” exclama el banquero mientras Fassbender jugaba a los dentistas con él. Inmediatamente vemos una postal que parece los Alpes Suizos o donde vivía el abuelito de Heidi. Después de una intensa investigación -2 minutos en Google- pude corroborar que Villa Gesell es un balneario argentino totalmente alejado de la Pampa y de paisajes montañosos.

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Todos sabemos que si Hollywood fuera un estudiante tendría excelentes notas en matemáticas pero sería reprobado en historia y geografía. Aunque los nacidos en Sudamérica no podamos reclamar exclusivadades, la reciente metida de pata de los mutantes nos hace recordar otros errores -y horrores- recientemente presenciados en la pantalla grande.

¿Qué peruano puede olvidar al profe Indiana Jones cuando menciona que aprendió Quechua con los hombres de Pancho Villa? “El Reino de la Calavera” confunde repetidamente las culturas Incas y Mayas e incluye gigantescas cataratas hawaiianas en pleno Amazonas.

Los uruguayos fueron especialmente sumergidos por Steven Seagal en su obra maestra -straight to DVD- llamada ‘Submerged’. Este Uruguay tiene selvas, ruinas Mayas -anduvieron por todos lados-, terroristas, cabras en vez de vacas, carteles en italiano y francés y la bandera es igual a la Argentina.

Pero no hay dudas que los hermanos colombianos son los niños mimados de Hollywood. A la hora de buscar villanos siempre se acuerdan de ellos, ya sean narcotraficantes, políticos corruptos o terroristas. Dentro de los muchos ejemplos -‘Collateral Damage’, ‘XXX’, etc.- recordemos a ‘Mr. and Mrs. Smith’. Parece que una metrópolis no era lo suficientemente exótico para despertar la llama de la pasión entre Brad Pitt y Angelina Jolie así que Bogotá terminó siendo una villa tropical en medio de la jungla. Parece que bombas detonando en las calles también eran parte del paquete turístico.

Para evitar problemas, Stallone inventó el país de “Vilena” para ‘The Expendables’ (Los Indestructibles/Los Mercenarios). El personaje de Schwarzenegger dice que está en el Golfo pero la descripción oficial de la película la ubica en América del Sur. Isla flotante y viajera si las hay.

Está claro que estos films son piezas de entretenimiento y que su finalidad no es educar a nadie. Pero las películas son uno de los productos más rentables y más exportados de Estados Unidos. Muchas de ellas recaudan más dinero en el extranjero y el control de calidad debería ser la prioridad para no ofender o alienar al público objetivo.

Decenas de expertos son contratados para recrear fielmente -en dialecto, vestimenta, etc.- películas de época como la última ‘Robin Hood’. ¿Por qué lugares alejados en el tiempo y el espacio son reproducidos mejor por Hollywood que el contemporáneo Sur del propio continente americano?

En este mundo tan globalizado, donde la información está a unos pocos segundos de distancia el que se sigan cometiendo barbaridades como en los años 80 (saludos a ‘Commando’ y ‘Romancing the Stone’) es inaceptable. Este tipo de errores tiene un impacto negativo doble, ya que la imagen del país que se muestra en la pantalla es distorsionada y el público en dichas tierras suele responder con “todos los estadounidenses son ignorantes”.

‘X-Men: First Class’ es una película recomendable pero ojalá que al responsable de esa animalada lo manden a buscar nieve a Villa Gesell.

Como bonus, nos despedimos con la versión “flamenco-chicana” que Santana y Bandera hicieron de la canción ‘Al otro lado del río’. Los organizadores de la ceremonia del Oscar en el 2005 no le dejaron interpretar al uruguayo Jorge Drexler por su falta de fama. Pero sus intentos por reforzar los clichés “latinos” sufrieron un revés cuando Drexler ganó y cantó el estribillo a cappella.

Revancha a la sudamericana.

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