WARM BODIES

De Jonathan Levine, el director de 50/50 llega una historia graciosa, conmovedora, y romántica sobre estar vivo, estar muerto, y la línea borrosa entre en medio. WARM BODIES cuenta la historia de “R” (Hoult de XMEN: FIRST CLASS), un zombie muy inusual que rescata a una chica (Palmer de I AM NUMBER FOUR) de una muerte segura. Su relación improbable pone en movimiento una serie de eventos que lo transformará, igual que a sus compañeros muertos, y quizás a todo el mundo.

Sería fácil descartar a priori a Warm Bodies como un producto formulado para capitalizar la reciente ola de novelas juveniles adaptadas al cine, como Twilight o The Hunger Games. Pero poco a poco se va desarrollando algo entretenido, único y hasta profundo por momentos.

Empezamos por la noción de que esto es un romance entre un muchachito zombie y una chica rebelde. Aunque en parte es cierto, el concepto de amor que se maneja es más amplio. En la típica película romántica todo se centra en la parejita principal y que el mundo se vaya al diablo. Aquí lo que vemos forjarse es antes que nada una amistad entre dos individuos diferentes, para luego explorar los sentimientos fraternales entre grupos históricamente enfrentadas .

El género zombie siempre ha dado la oportunidad para la crítica social. Shaun of the Dead ya había jugado con el paralelismo entre los muertos vivientes y quienes viven en la rutina somnolienta e irreflexiva. En Warm Bodies el hincapié es en el impacto divisivo que tiene la tecnología en el mundo moderno, así como también los prejuicios que edifican muros entre los hombres, de forma figurativa y real.

WARM BODIES

El efecto de la relación que surge entre R y Julie se sale de la ciencia ficción para adentrarse en la fantasía. El mensaje es claro y falto de sutilezas “el amor lo puede todo”. Algo que puede resultar extremadamente cursi para quienes estén con el cinismo alto en la sangre. Pero si nos dejamos llevar nos contagiará con su optimismo.

Claro que el infierno cinematográfico está plagado de buenas intenciones. Por suerte la película es también muy entretenida. Momentos de horror se mezcla con acción para convertirse por momentos en una efectiva aventura. Tal vez los monstruos conocidos como “huesos” podrían verse menos CGI como las momias de The Mummy Returns pero al menos sí son una fuerza digna de temer.

WARM BODIES

La comedia está siempre presente. Se mantiene el balance justo para que la burla a los clichés del género no la hagan caer en la parodia. El humor es inteligente y podían haber extendido los reflexivos monólogos “a la Woody Allen” de R, que se abandonan luego del comienzo. Por suerte está Rob Corddry para provocarnos carcajadas con las intervenciones de su zombie M. Analeigh Tipton como Nora, la mejor amiga de Julie también logra conquistarnos.

Las interesantes ideas, como lo que sucede cuando un zombie come cerebros, se funde con una nostálgica banda sonora con clásicos pop de los años ochenta para hacerla una perfecta película para una cita geek. Pero este cuento de hadas tiene tanto de Wall-e como de Romeo y Julieta o La Bella y la Bestia. Se puede disfrutar perfectamente a solas, pero siempre es mejor la experiencia con un cálido cuerpo cerca.

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