Entrevista al Director Uruguayo Federico Veiroj de EL APÓSTATA (THE APOSTATE) La conflictiva dinámica entre el individuo y el sistema en el cual habita se ha explorado en incontables obras literarias y audiovisuales. En la película El Apóstata (The Apostate) esa persona es Gonzalo (Álvaro Ogalla), un español que, motivado por sus dudas y convicciones, atraviesa un periplo burocrático para ser removido de los registros de la iglesia católica. Recientemente pude hablar con su director y co-escritor, el uruguayo Federico Veiroj (La Vida Útil, Acné) acerca de su experiencia realizando una cinta que, luego de una gran acogida en prestigiosos festivales internacionales, llega a cines selectos de EE.UU. Ahora se exhibe en el Anthology Film Archives en Nueva York, el Gene Siskel Film Center de Chicago, y a partir del 30 de septiembre en el Laemmle Music Hall de Los Angeles. El film también estará disponible en varias plataformas digitales de VOD a partir del 25 de octubre, como iTunes, Amazon, Google Play, Vudu, Blockbuster, y Cable VOD. ¿Cuáles fueron los motivos que te llevaron a rodar esta cinta en España? Esta película se filmó en Madrid porque era una historia que estaba emplazada allí. Era el único sitio donde sabía hacerla. El personaje, su familia y entorno son de allí así que el primer motivo viene desde lo narrativo. También porque viví un tiempo en España y tenía un equipo. Allí estaba uno de los co-guionistas, que es el protagonista, y la productora de un amigo. Hicimos una búsqueda de fondos públicos y privados en España, Francia y Uruguay. Se trata de filmar donde requiera la historia y así respetar el alma de la película. Supongo que también era ideal por las raíces profundas de siglos de la iglesia. Sí, es un país muy particular y emblema de la iglesia. También la Inquisición se generó allí. Yo no veo a la película como una crítica si no como un reconocimiento de la impronta que ha tenido. Esa importancia histórica también lo vemos en la geografía de la película. ¿Te parece correcto calificar la situación en la que encontramos al protagonista como “crisis”? Depende de lo que la gente le llama “crisis”. Por ejemplo, si en una película veo a alguien trabajando horas en un super edificio, yo lo veo más en crisis a ese personaje que al de El Apostata. Lo que le pasa es que está todo el tiempo con el deseo a flor de piel. Quiere hacer y transformar muchas cosas. No veo que haya más que eso. Creo que tiene las cosas claras, aunque se esté preguntando y cuestionando todo el tiempo. Cuando Gonzalo conoce al Obispo Jorge hay una toma bastante larga, sin cortes. ¿Te sorprendió que Álvaro pudiese realizar escenas complejas como esa con tan poca experiencia como actor? Fue un trabajo de meses, y hasta años te diría porque estábamos escribiendo la escena para que él la actuara. Esa escena en particular fue la más ensayada. El texto tenía que estar de memoria y habían muchos matices. Nos dedicamos al detalle en escenas que tenían más actuación, como esa. Me sorprende verlo también porque me gusta mucho, pero confiaba que Álvaro lo podía hacer. Tiene un talento y una capacidad especial. Al menos para este personaje que tenía que tener un abanico de emociones muy grande y extremo. Eso no es fácil. ¿Te ha llamado la atención algo en particular en lo que se ha escrito y dicho sobre la película? Estoy atento al público cuando puedo sentirlo y aveces leo cosas que se publican, pero no estoy en el super detalle. Me suelen preguntar por Buñuel, por las escenas líricas y el sexo. Me da orgullo porque fue alguien que me inspiró a hacer películas. Cuando trabajo no estoy pensando en un estilo particular, sino en lo que la historia demanda. Si los periodistas quieren situar al lector con referencias, está bien. También Quevedo podría estar por el tipo de personaje. Yo evocaría a Woody Allen. ¿Alguien ya lo había mencionado? No sé, no tengo idea. Me parece buenísimo que la gente se tome el tiempo para pensar en todo eso y que salga del visionado de una película hecha con mucho amor. Todo lo que se diga para acercar mi trabajo al público me parece espectacular. ¿Te interesa venir a trabajar a Hollywood? Estoy abierto a todas las posibilidades que me surjan. Si hay algo que yo pudiese hacer en Hollywood, genial. No es mi meca ni me meta. Mi meta es seguir haciendo mi trabajo, hacer películas y contar historias en las que creo. Pero estoy en otro país, no estoy allí ni vendiéndome con un agente. Estoy abierto a las oportunidades que se me están dando.
